lunes, 10 de marzo de 2008

Filípica a Bukowski


¡Ay, si Bukowski levantara la cabeza! Bueno, lo primero que haría sería pedir una botella de whiskey. Probablemente le daríamos un DYC de esos asquerosos para que el pobrecito pillase una resaca cabezona. Luego quizá nos pediría unos pavos prestados para irse al hipódromo más cercano (el que está pasado Puerta de Hierro). Aunque en realidad, es más probable que echase una quiniela.

¿Dónde dormiría Bukowski aquí en Madrid? Sin duda buscaría un motel, que los hay, pero casi seguro acabaría en un hostal cualquiera de los del centro. En un par de semanas, nuestro querido Bukowski despertaría completamente alcoholizado, al lado de una mujer ligera de cascos que apenas recuerda, y la sacaría a patadas de una hostia (y eso que el machismo, tan típico de Bukowski, aquí está muy mal visto). Buscaría una máquina de escribir, pero sin duda acabaría usando un portátil con el Windows Vista. Y ya no se entretendría mirando mirlos a través de la ventana, sino palomas sucias. O tal vez jugase al buscaminas.

Si nuestro Bukowski-zombi investigase un poquito por internet sobre la literatura de este nuestro querido país se encontraría con un sinfín de páginas, blogs, revistas literarias y espacios culturales. Lo primero que diría, con un dolor de cabeza de tres al cuarto es: ¿Cuándo cojones escribí todo esto y por qué usé tantos seudónimos distintos?

Todo esto sólo para denunciar que algún listo gafapasta desenterró el cadáver de Bukowski y lo pasó por imprenta. Con gusanos y todo. Gracias a eso el pobre hombre ha conseguido una nueva habilidad mutante (no le bastaba con un acné infinito y un grado de violencia digno de Logan en sus peores momentos), la polilocación.

Esto es como en el patio del colegio. "Joder, menganito tiene unas zapatillas que dan luz. Voy a comprarme unas zapatillas que den luz para ser tan guay como menganito". Y ya tenemos otra jodida moda que expiar el día del Juicio Final. Porque creo que ya lo he comentado alguna que otra vez: si quieres ser el Capitán Planeta (ganar el premio Planeta, vaya) tienes que ser muy español. Pero si quieres ser un poeta maldito lo mejor es que le metas al cadáver de Bukowski un palo por el culo y lo airees bien dentro de un garito cuanto más cutre mejor, como le hicieron al Cid Campeador. Yo sólo lo digo como consejo, porque oiga, funciona.

Hay, no obstante, que seguir un protocolo muy rígido para ser un escritor maldito. Lo primero es tener una infancia feliz y acomodada. Luego, cuando se llega a la adolescencia, hay que dejarse el pelo larguito (¡no en exceso, no somos heavies ni queremos que nos confundan con ellos!).
Después hay que convertirse en drogadicto. El alcoholismo está bien, pero hay drogas más glamourosas. Como ley general, cada cual tiene que encontrar su droga, y para eso es preferible probarlas todas. Pero con el alcohol y los porros es suficiente. La bebida favorita del escritor maldito es el gin-tonic, nada de pijadas. Y luego, pues eso, a rellenar cuadernos, servilletas, y todo lo que se nos ocurra. Pero no con cualquier cosa. Debemos seguir siempre el mismo triángulo: Bukowski-Carver-Hemingway. Cuando nos hayamos empapado bastante de ellos quizá lleguemos hasta Burroughs, pero sólo de manera tangencial. Y cuando hayamos publicado nuestros primeros poemas (sin comas, por favor, no queremos quedar como idiotas) ya podremos limitarnos tan sólo a leer a todos los demás que, como nosotros, han leído exactamente lo mismo.

¿De qué escribir? Bueno, por supuesto, eso es lo menos importante. Tenemos un gin-tonic en la mano y somos gatos callejeros, jóvenes amargados en el bar. Y nos llamamos escritores. Tenemos una barbita interesante. Lo que tenemos que hacer ahora es ocultar nuestro pasado de niños bien, y, viendo el mundo a través de los ojos de Bukowski, reinterpretar nuestra realidad. Siguiendo estos pasos tendremos el éxito garantizado entre los círculos underground. No ganaremos el premio Planeta (con esos ya me meteré otro día), pero pasaremos a formar parte de la generación española de los malditos.

¡Qué bien me lo he pasado leyendo a Bukowski! Y a Carver. Y a Burroughs. De Hemingway no sé nada, y lo escribiría en mayúsculas "si eso no rompiera la armonía de este ensayo" (aplíquese la dosis de ironía necesaria a esto último). ¡Cómo he disfrutado con Orson Scott Card también, aunque sea mormón y abstemio! Y con Poe. Y con poemas de Lord Byron. Y con Michael Crichton. Y por supuesto con Stephen King. Y con Tolkien. Y con Neil Gaiman. Y con William Golding. Y con Asimov. Y con Kafka. Y con Salinger. Y con Robert Louis Stevenson. Y con Bram Stoker. Y con Wells. Y hasta con Shakespeare.

Escribo peor que muchos escritores malditos. Hay algunos con verdadero talento. Me gustaría mucho que alguno escribiese algo personal. Estoy seguro de que aunque no seas drogadicto, puedes escribir una novela sobre yonkis tan buena como la de un drogadicto. O mejor incluso. U otra cosa. Porque parece mentira decir esto, pero hay algo más que las frases escuetas, duras y simples de Bukowski en esta vida. Hay algo más que esa brutalidad animal. Deja de criticar ese sueño americano del que no formas parte. Deja de dormir en moteles que no existen. A Bukowski ya me lo conozco. Cuéntame algo que no sepa.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Ja,ja,ja XDDD
Maravilloso!
No es una crítica sutil precisamente, pero criticas todo lo que merece ser criticado... porque al fin y al cabo Bukowski no es más que una víctima... Vas directo a mi blog.

Anónimo dijo...

¿Qué coño pinta Hemingway en todo esto? ¿Qué clase de triángulo comienza en Bukowski y acaba en Hemingway? Ninguno, no hay ninguno. Habría que ver qué pinta Burroughs si no marcamos un inicio en Neal Cassady y Allen Ginsberg, pero ¿Qué importa verdad? ¿Dónde queda Kerouac? Quizá de forma tangencial podamos citarlo pero, no nos engañemos, si Bukowski no fuese una sucia moda tú nunca habrías escrito este artículo. Ni hubieses tenido una camiseta del Ché Guevara. Cuántos quisieran tener la mitad de elocuencia literaria y de gracia que el viejo Charles. Con comas y sin ellas. Porque Bukowski usaba comas en casi todos sus libros, poemas, relatos y novelas. Porque escribía de todo.

Anónimo dijo...

Hola. Ya estaba esperando algún comentario de este tipo. Lo primero que te debo es una sincera disculpa. Es evidente que desconozco los más simples rudimentos de este arte de la comunicación que es la escritura. Aunque, por más que releo lo que acabo de escribir, no acabo de encontrar la crítica a Bukowski. Bien es cierto que el artículo comienza con la palabra "Filípica", pero esto era un recurso sonoro más que otra cosa. Mi intención tampoco era citar todos los autores que merecen tus elogios, pero observo que ya te has encargado tú de rellenar la lista. Mi más sincera enhorabuena.
Observo además con agrado que piensas, al igual que yo, que Bukowski se ha convertido en una moda. Eso era básicamente lo que yo quería expresar; por lo menos he conseguido que algo del mensaje llegue a su destino.
Aprovecho para responder a tus preguntas:
- Bukowski, efectivamente, usaba comas. Las que no las usan son los imitadores de Bukowski. Bukowski era un tipo que sabía lo que hacía. Los imitadores de Bukowski, normalmente, no. Es de ellos de los que hablo todo el rato. De los bebedores de gin-tonic (por cierto, y de paso, yo también bebo gin-tonic) que le imitan en una espiral de decadencia personal para conseguir más material para sus poemas.
- Bukowski, aunque no te haya quedado claro, me encanta. Pero como decía al final del artículo, a Bukowski ya lo he leído. Aprovecho para añadir que el mejor que sabe escribir como Bukowski es Bukowski. Por eso no me suelen gustar los cientos de imitadores.
Por último sólo decir que soy un lector muy poco experimentado. No es culpa mía, es que no debieron enseñarme bien de pequeño (metámonos con el sistema educativo español, que en eso estamos todos de acuerdo). Y es que nadie me había dicho que había que leer a los autores en orden cronológico o por temáticas (o por generaciones, vamos). Y repito lo mismo que había dicho antes: no he leído a Hemingway. No he leído a Kerouac. No he leído a Neal Cassady. No he leído a Allen Ginsberg (por cierto, ¿no serás un imitador de Ginsberg, no? Lo digo porque tu nick resulta sospechoso). Supongo que, por contra, tú no habrás leído a Sarah Iles Johnston (tampoco tienes por qué), o el manual de mi aspiradora. Son cosas que pasan.
De lo que iba el tema, en resumen, es de que la realidad que vivió Bukowski (los años de la depresión, la cultura de los EEUU, el falso sueño americano, etc) no es la misma realidad en España. Somos gente distinta, con experiencias distintas, y por tanto, no podemos escribir lo mismo. No quiere decir que no podamos escribir sobre América. Pero cada cual es cada cual y debería, al menos, ser sincero consigo mismo. Ser un plagio de Bukowski es hacerse un flaco favor.
En definitiva, que te doy completamente la razón por ese artículo que has leído en mi blog, pero que yo no recuerdo haber escrito. Era eso lo que querías, ¿no?

Muchas gracias por tus comentarios y espero volver a leerte pronto.

PD: Lo más importante de todo y que casi se me olvida. No recuerdo haber llevado nunca una camiseta del Che, pero si ves mi camiseta del Chi, por favor, házmelo saber, que llevo mucho tiempo buscándola (sí, soy budista, otra de esas modas horribles).

Anónimo dijo...

No me malinterpretes, hombre, o en todo caso, no critiques que lo haga contigo. A decir verdad, lo que yo estaba criticando es el velo cultureta que se apropia de la gente cuando habla de Bukowski. Citar a Hemingway no tiene sentido, tampoco criticar el uso de otra puntuación diferente de la que usaría Charles porque quizá eso no sea, precisamente, un signo característico de plagio ¿no? Quiero decir, el hecho de que la gente ambiente sus textos en América no tendría por qué ser una característica del plagio. Puede serlo pero no tiene por qué. Hay imitadores de Bukowski como Roger Wolfe que copian absolutamente todo en cuanto estilo, construcciones y formato y, sin embargo, ambienta sus poemas en Gijón y Madrid. Así que, si se me permite, no considero que el uso del ambiente americano tenga que ser irremediablemente un plagio de Bukowski. Sí creo, en cambio, que la influencia de los medios de comunicación, de la cultura postmoderna y de la invasión cultural norteamericana pueda tener algo que ver en todo esto. No sólo Bukowski. Máxime cuando ni siquiera se utiliza el mismo estilo del escritor norteamericano.

Que Bukowski es una moda está claro. Y que tiene muchos imitadores gafapastas, también. Pero no creo en las generalizaciones. No creo que América empiece o termine en Bukowski. No creo que Fernández Mallo y su Nocilla Dream tenga que ver demasiado con Bukowski. No creo que el no uso de comas tenga que ver con Bukowski. No me parece que cualquiera que beba gin-tonic y quiera compararse con Bukowski sea realmente merecedor de ser acusado de plagio. Plagio es Roger Wolfe y sabía lo que se hacía también y escribió algunos libros realmente interesantes. Pablo García Casado habla de América todo el tiempo y no es Bukowski ni pretende serlo. David González es un poeta autodestructivo y no es ni quiere serlo tampoco.

Sobre Cassady o Kerouac simplemente trataba de establecer una crítica a esa relación que citabas entre Bukowski-Burroughs y Hemingway que creo no tiene mucho sentido. No me preocupa que los hayas leído o no. Es más fácil leer a Bukowski y mucho más fácil quedarse en él. No te cierres, en cambio, a practicar con Kerouac, Cassady, Burroughs o Ginsberg. Verás entonces que hay más América que Bukowski y que quizá este, en toda su genialidad, bebiera de estos anteriores. O no, quién sabe.

Y es cierto que las características de España y EEUU son totalmente diferentes. Las culturas y sobretodo el tiempo en el que vivía Bukowski y en el que vivimos nosotros. Sin embargo, todos hemos visto películas, series, hemos escuchado música y hemos leído libros de la época. Cualquiera puede escribir ambientando en la América de los años 50-60 sus textos. Lo único que hay que tener es talento. Y ese talento quizá no lo tengan quienes creen ser el nuevo poeta maldito llamado Bukowski con un blog en Internet, claro, pero tampoco tiene que ser un símbolo inequívoco de seguidismo.

Espero no haber re-malinterpretado tu artículo y que haya podido establecer otro punto de vista diferente al de Bukowski como único referente. Un cordial saludo y encantado de haber encontrado este sitio.

PD: No soy un gafapasta y tampoco escribo como Bukowski, aunque me encantaría.

Anónimo dijo...

No sé cómo he llegado aquí, pero tranquilo Hemingway tiene relación con Buk, como con Dostoiesvki.
Le influyeron en su momento y bastante, luego ya Buk desarrolló su estilo crudo y personal.
Buk era una rata de biblioteca, devoraba libros y luego se emborrachaba.

Anónimo dijo...

Pues Bukowski mola mazo. Los que le imitan pues no. Esto... es que yo soy de los que le imitan ;)

Bueno, coñas aparte hay que reconocer que este señor consiguió escribir cosas muy buenas. Es uno de mis escritores preferidos y este artículo me ha gustado.
Espero que la gente sepa llegar al original y no se quede con las copias.

Ah, y también me gusta Ray Loriga pero no estoy seguro de que sea uno más de los escritores malditos.

Lobo dijo...

Con todo respeto, que se vayan a la mierda todos los putos imitadores. De Bukowsky, de Kafka, de Tolkien (¡Esos son plaga también!) y demases escritores que sufren de una asquerosa tendencia social a ser imitados.


Y ese que firma como Ginsberg parece ser un imbecil nato. Sabe mucho y no entiende nada. Tu texto es simple y directo, no se como mierda hace para malinterpretarlo tanto. Debe tener la cabeza metida en el culo por leer tanta mierda.

Sin mas, te felicito por tu texto, mutante. Y por no hacerte el oscurito, el experimentado, el bohemio o el sabiondo. Una tortuga ninja en tu blog literario es una clara manisfetación de personalidad indiferente a las criticas; o sea, llevas tatuado en la frente "besame el culo". Y eso me gusta.

Anónimo dijo...

La burra de Mateo pega peo.

Anónimo dijo...

Genial, acabo de encontrar tu blog, y esta publicacion es, eso, genial.