martes, 9 de septiembre de 2008

La Tormenta del Siglo



Escribo estas líneas con toda mi habitación recubierta de plásticos y toallas. Sería cómico si no fuese porque es una putada. Hay una gota asquerosa que cae cada treinta segundos exactos, rebota en mi silla de plástico y explota contra mí. ¡Qué frío!

Pues sí, las noticias no dirán nada todavía, pero ha caído una tormenta de granizo en Madrid que ríete tú del cambio climático (y me río, me río...). Mi casa se ha inundado del todo. La cocina tenía diez centímetros de agua sucia y pantanosa, que caía del techo en plan “The Dark Water”; la japonesa, por supuesto. Caía tan rápido que no podíamos ni usar las fregonas. Así que me he tenido que tirar al suelo en calzoncillos a recoger el agua con toallas, mientras goterones de agua helada se deslizaban lozanos por mi espalda. El techo se nos ha caído encima, y los pegotes de yeso se me pegaban en el pelo. Mal de muchos consuelo de tontos... en mi calle hay un coche al que sólo se le ve el techo. ¡Qué suerte no tener coche!

Y nada, esto es lo que escribo al abrigo de las cuatro de la mañana y después de darme una ducha calentita. Y me despido ya, porque me parece que empiezan a caer gotas también sobre el ordenador y no quiero morir de un cortocircuito, que bastante me he deslomado llevando electrodomésticos de una habitación a otra.

Igual ya no me volveis a ver el pelo. Igual me hago un barquito de papel, lo protejo del agua con parafina y me lanzo a surcar las calles. Si esto sigue así, llego al mar. Y desde ahí, a California.
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Estas son algunas de las imágenes del granizo y de cómo han quedado las calles después de la tormenta. Hay algunas más en la web del País Semanal:

http://www.elpais.com/articulo/espana/intensa/granizada/tine/blanco/calles/Madrid/elpepunac/20080910elpepunac_1/Tes