domingo, 10 de febrero de 2008

Cloverfield (Monstruoso)



Quería esperarme a ver Rec para escribir una crítica conjunta de las dos películas, pero estoy viendo que pasan los días y cada vez me da más pereza verme la última de Balagueró. Así que antes de que desaparezca de cartelera, recomiendo encarecidamente a todos que os gasteis los cuartos en ver Monstruoso: si sois como yo, no os va a decepcionar.


Cloverfield no es una película, sino un espectáculo de luz y sonido, una atracción de un parque temático. La sala de cine no se mueve, pero podría (si vais a verla al Kinépolis, ganará muchos puntos). Tampoco es que tenga un guión de verdad, y los personajes no son nada interesantes, y los diálogos son bastante tontos, y lo que hacen los tipos a lo largo de los 90 minutos de cinta es, como poco, apenas creíble.


Cloverfield es una mezcla entre Godzilla y la Bruja de Blair, nada más. Pero si vosotros, como yo, quisisteis que al salir del cine después de ver El Día de Mañana existiese de verdad el calentamiento global, entonces disfrutaréis con ella. Muchísimo. Porque después de los primeros créditos uno empieza a participar en la historia, desde dentro. Todos y cada uno de los espectadores estábamos caminando por las calles de Manhattan, sobreviviendo a las explosiones, trepando a los edificios y tratando de mantenernos con vida ante una criatura gigantesca y un tanto Cthulhuniana que lo está arrasando todo.


El nivel de realismo que han conseguido es increíble. Cloverfield da vértigo. Si alguien ha tenido el más mínimo interés en la película (muchos lo habrán perdido con la traducción española. "Monstruoso" suena a cachondeo) que no espere a que salga en video. Se perdería toda la experiencia que, por seis euros, merece de verdad la pena. Y por doce también. A ver si vuelvo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Entonces habrá que ir al cine, no?