lunes, 3 de diciembre de 2007

Expocómic 2007

Ayer mismo fuimos a Expocómic 2007, y no puedo evitar dejar mis impresiones en el blog. Lo cierto es que la experiencia me dejó un sabor agridulce. El actual formato del Salón deja mucho que desear y, al mismo tiempo, me gasté toda la pasta que llevaba encima justo antes de que cerraran.

El sitio, situado en la Casa de Campo, dentro de lo que es el complejo del PCE cuando lo ponen, está muy bien, es grande y adecuado. En el piso de arriba tienen exposiciones (que no vimos) y abajo una sala de proyecciones (en la que no entramos). Todo esto para ponernos en situación. Ahora veamos los problemas:

El primero es que, desde hace unos años, Expocómic está completamente tomada por el manga y los otakus. Esto en cierto sentido es lógico, porque el Salón tiene que regirse por las leyes del mercado (al fin y al cabo, no es más que un enorme centro comercial en el que hay que pagar para entrar). Estoy completamente conforme con el anime, el manga (de hecho, parte de mi presupuesto se fue a engrosar mi colección de tomos de “la Espada del Inmortal”), y el otaku en general, pero todo en exceso es malo. Y parece que el Salón lleva un par de años organizado en torno al karaoke. Como considero que los otakus ya están bastante suplidos porque, además, tienen el Salón del Manga, me parece que dicho espacio debería reservarse a otras actividades.

Expocómic es, evidentemente, una estratagema del mercado y un lugar donde se potencia el consumo más excesivo posible. Esto no me parece mal, pero con los 5 euros que cuesta la entrada deberían potenciarse también otras actividades, que desde luego, no se hicieron el domingo, y dudo que se hicieran alguno de los otros días. Recuerdo algunos antiguos Salones del Cómic (uno ya tiene una edad, aunque no lo parezca), donde podías jugar los nuevos juegos de cartas que acabasen de salir al mercado, o dejarte arbitrar una partida de rol junto a tus colegas por uno de los másters del evento. El objetivo, por supuesto, era que luego salieras corriendo a comprar el producto, pero eran actividades divertidas y sociales (algo con lo que no está reñido el ser friki, si es que ser friki significa algo) que compensaban el precio.

La edad media de los asistentes al Salón ha caído en picado, y eso se demuestra en que uno de los stands fuese una tienda de chucherías, que los EMOs brotaran hasta de debajo de las piedras, y que las actividades incluyesen cursos de papiroflexia, por ejemplo. No me parece mal, toda crítica se puede achacar a motivos personales. Sin embargo, algo en lo que sí pondría el dedo en la llaga es que, en Expocómic, cada vez hay menos cómics y más chorradas. Y con chorradas me refiero a camisetas, colgantes, muñecos de acción, peluches, complementos… vamos, que parece que te has metido en el Corte Inglés.

Esto no es solo cierto para el Salón, sino también para las tiendas de cómics en general. Dado el precio creciente que tienen todos los productos relacionados con nuestra subcultura, uno no puede menos que preguntarse cómo la gente se puede permitir consumir esas cosas, y además comprarse los cómics o mangas en los que están basados esos productos. Yo, como consumidor de Marvel en general, y del universo mutante en particular, no doy a basto, así que deduzco que a los niñatos de hoy sus padres les deben estar forrando con dracmas, con kopins o con oro persa para que aprueben los exámenes. Es la única explicación que se me ocurre.

A pesar de todo esto, Expocómic está más lleno cada año. Y los disfraces se suceden, algunos de ellos muy conseguidos. De esto valoro dos cosas. La primera, que se pueda entrar gratis si se va disfrazado, una opción que habían limitado otros años. Y la segunda, las chicas que consideran que disfrazarse es quitarse ropa en vez de ponérsela. Aunque un amigo considera que ser mujer e ir ligera de ropa al Salón del Cómic es como disfrazarse de bollo en una convención de gordos, yo no puedo más que aplaudir ante los valores morales y sexuales de estas féminas. Un aplauso desde aquí para todas ellas, por cierto.

Cuando el asunto se vació un poco, lo cierto es que al final encontré cosas interesantes. Me acabé gastando la pasta en tomos en la última media hora, porque estaban bastante rebajados. Así que al final, salió a cuenta ir. Cuando salíamos vimos un montón de tipos raros (¡más raros que nosotros!) y nos dimos cuenta de que iban al concierto de los Chemical Brothers en un edificio de al lado. Triste coincidencia. Me cagué en todo, porque yo a ese concierto quería ir, y se me había pirado por completo el asunto. Tras dudar un momento, y ver que en mi cartera no quedan más que 15 míseros euros, tras hacer el amago de al menos comprar una camiseta del grupo en los puestos, decidí que lo más conveniente era ahogar las penas en alcohol y nos fuimos de tapas. Al final resultó un día bastante completo.

Concluyo ya, (y me vuelvo al estudio del materialismo histórico) pero antes me gustaría hacer una reflexión que viene bastante al caso con respecto al daño que nos ha hecho a todos el Día del Orgullo Friki. Sin pretender lanzar serpientes contra nadie, creo que yo, y así mis amigos, somos personas normales (o personas que pasan como normales). Podemos hablar con cualquiera de cualquier tema, somos sociables y nos gusta salir. Consumimos cosas que la mayoría de gente no consume, tenemos hobbies que supuestamente son especiales (o lo eran hace unos años, ahora ya no lo son), pero esa es la única diferencia, y no es tal. Por eso creo que el Día del Orgullo, que ensalza el hecho de ser diferentes, especiales, raros, y estar orgullosos de ello (orgullosos de eso, de ser el más exagerado, y en parte, de ser un poco tonto) es una solemne tontería. No paro de ver frikis que parecen estar en la "edad del pavo" con veintitantos años. No me parece una vergüenza, sólo una lástima. Yo no estoy orgulloso de ser friki. Ni dejo de estarlo. No formo parte de ninguna tribu urbana. Soy quien soy, y me conformo con eso. Ojalá alguien más piense lo mismo. Al fin y al cabo, hacer lo que hacemos no tiene nada de especial. Con que la sociedad se diese cuenta de eso, me daría con un canto en los dientes.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Tío, como es que al final no colgaste las fotos? la pieza del tetris hubiera sido un buen ejemplo de lo que algunos entienden por un "buen" cosplay... en fín

te doy la razón en que expocómic ya no es lo que era, y es cierto, te has suavizado mucho hablando de los otakus como me dijiste xD...

yo realmente todo el rollo de como ha cambiado la organización, y que verdaderamente poco a poco expocomic de ha ido conviritiendo progresivamente en un 2º salón del manga lo achaco a que dado que vivimos en Madrid, y en ese aspecto tratan de imitar a BCN pues claro, las cosas salen como salen, como una autentica mierda...

no estoy yo muy seguro de que te dejen entrar gratis si vas disfrazado (a todas horas quiero decir) el año pasado por lo menos era sólo si venías a la hora en la que empezaba el concurso de Cosplay, es decir, ya te podías haber currado un disfraz como los japoneses que son los únicos que saben hacer bien lo del Cosplay, que como llegues diez minutos tarde al salón te jodes y pagas la entrada como todo.

para terminar diré simplemente que no sólo es que el salón del comic de Barcelona nos lleve años luz, sino que además el salón de madrid, lejos de mejorar, empeora y se vuelve mas y mas cutre cada año...

en fin una pena, pero por lo menos puedes ver a miles y miles de mujeres vestidas como unas Kitsunes . que por lo menos entre empujón y empujon y alarido y alarido de friki sudoroso de 40 años orgulloso de serlo te alegras un poco la vista.

por cierto que vivan las bragas de la tifa!! eso si que fue un espectáculo...

ya nada más, un fuerte abrazo.
Mike0taking

Anónimo dijo...

¡Y que viva Tormenta, un año más alegrándonos la vista!

Anónimo dijo...

Francamente, creo que ya os lo he dicho, pero yo no soy friki, lo siento chicos, estaba esperando a que fueseis un poco mas mayores para decíroslo, pero al final ha tenido que ser así. Incluso mi intento de crear el Neo-Frikismo (neo de nuevo, no de matrix ¬¬) ya no me parece suficiente.
Así pues, os invito a uniros al caña-tapismo-subculturismo, una tradición de monjes lo menos castos que pueden que persiguen resarcir todos sus deseos carnales basados en comida, alcohol y, por ejemplo, comics.

Por otro lado Vik, creo tener la respuesta a como los niñatos compran tanta mierda sobre los mangas: No los compran. al fin y al cabo, no hace falta saber quien es el tipo molon de los pelos raros (y así incluyo a casi todos los protas de mangas) para llevar su camiseta, con leer en Wikipedia que mola basta.

Y dado que creo ser el creador del comentario de disfrazarse de boyo para ir a una convención de gordos, quiero pedir disculpas a las chicas ligeras de ropa del expocomic: Cicas, siento no haberos mirado más las bragas, o haberme acercado sigilosamente entre la multitud y haberos metido mano. Siento ser un friki que se ha contentado con miraros, cuando hubieseis preferido una violación fingida (ya ni de estar violando a alguien puedes estar seguro), pero siempre he sido muy introvertido.

P.D: El texto anterior ha de ser leído en clave de humor, el autor de este no se responsabiliza en absoluto de él, no le empiece a buscar la poli o le excluyan de su casa, que nunca se sabe. Admiro a las mujeres que llevan poca ropa, todos deberiamos mostrar un poco más nuestros cuerpos de manera natural, pero lo que se da en expocomic es morbo puro y duro, y dado lo dicotómico que soy, me gusta el morbo