sábado, 1 de diciembre de 2007

Complejos sobre la longitud: Alargamientos. (Las versiones del Director)





“Yo… he visto cosas que vosotros no creeríais… atacar naves en llamas más allá de Orión. He visto rayos C brillar en la oscuridad cerca de la puerta de Tannhauser. Todos esos momentos se perderán en el tiempo que dura esta película como lágrimas en la lluvia. Es hora de dormir.”





(Roy Blatty)
En la edición extendida de Blade Runner, han usado una versión del famoso diálogo.




El otro día me llamó mi colega J para ir al Kinépolis a ver la versión extendida de Blade Runner. Después de negarme en redondo con las exageradas expresiones que son habituales en mí, me puse a meditar y decidí transmitir en el blog mi opinión sobre el asunto. Es decir, sobre los alargamientos innecesarios en el mundo del cine.



Ya me lo decía mi amigo Mike mientras nos ventilábamos una caja de botellines de cerveza: La moda ahora está en hacer películas larguísimas (el Señor de los Anillos, Piratas del Caribe, etc). Él criticaba ésta tendencia, y yo le decía que, cuanto más me gustase algo, cuanta mayor cantidad de droga pudiese correr por mis venas, pues tanto mejor.



Ésta es la postura que sigo manteniendo, pero tengo que hacer ciertas excepciones. Lo primero que tengo que decir es que hay un cierto número de películas que, aún a pesar de que son buenísimas, de que me encantan, de que entran con honores en el panteón mítico del cine, etc. soy incapaz de ver sin dormirme. En otras palabras, que si alguien me dice que no tienen final, y que continúan reproduciéndose indefinidamente, yo no tendría forma de llevarle la contraria. Algunos ejemplos de estas películas son: “2001, una Odisea en el Espacio”, “Dune”, “Apocalypse Now”, y la susodicha “Blade Runner”.



Es empezar a verlas y se te cierran los ojos. No creo que sea muy difícil escarbar en las causas de esta narcolepsia: música clásica, lentitud asfixiante, ambientes oníricos, o David Lynch (así, sin más), son razones más que suficientes para que yo mismo haya bautizado este género como:




...EL CINE DE LAS SÁBANAS BLANCAS.



Ahora que ya hemos analizado estas dos circunstancias, no resulta muy difícil comprender mi negativa. Pero me gustaría ahondar un poco más en por qué demonios se vuelven a sacar ediciones en cine de películas antiguas, con versiones del Director larguísimas e infumables.
Podemos empezar con una historia de terror: La primera versión de MI:2 (Mission Impossible II) que salió de la sala montaje duraba unas 6 horas. Hay gente a la que le da miedo coger las tijeras, aunque para ese caso particular yo hubiese usado un desatomizador de nivel 5 o, en el peor de los casos, un “grillo ruidoso“. El mismo Stephen King decía que era doloroso mutilar a tu propia creación, pero que, si lo pensabas, era como podar un árbol; al final la embellecía. Como siempre, el Maestro tenía razón. Para Stephen King, la primera versión de un manuscrito tiene que tener al menos un 10% menos de palabras que el borrador inicial.



¿Quién coge normalmente las tijeras por el mango? Pues los productores. Estos individuos, para el que no lo sepa, son como el tío Gilito después de una lobotomización. Siempre creen saber lo que quiere el público. Y lo que quiere el público es muy sencillo: Explosiones, desnudos, diálogos sencillos y una historia de amor que siempre acabe bien. Tienen razón, pero sólo en parte. Los productores suelen encargarse también de joder, en muchos casos, las buenas películas.
Mi opinión, a día de hoy, es que hay que valorar el trabajo de los productores (¡angelitos!) porque, en contra de un dicho popular, no es un trabajo “que pueda hacer cualquiera”. ¿Quién no puede hacer ese trabajo? Pues los directores, está claro. El epíteto “Director´s Cut” es la mejor garantía de que no vas a poder soportar tanta escena banal, o de que se han cargado un producto de calidad con todo aquel material que debió de quemarse y enterrarse.



Esta idea entra en conflicto con mi corazoncito geek, con mis deseos de coger algo que me gusta y explotarlo al máximo. Pero somos un mar de contradicciones, y la versión del director de “Apocalypse Now“ (la cual no he visto) seguro que es un coñazo insufrible. El mismo J me decía que habían incluido una escena que el director había descartado porque estaba mal rodada (a veces no son solo los directores los que meten mano, por supuesto).



Y con Blade Runner seguramente pasará lo mismo. Cuando pasen la versión extendida por la tele (ese cacharro enorme que hay en mi salón y que está cogiendo polvo desde que tuve un ordenador entre las manos), la veré, y entonces pasará algo increíble y maravilloso. Será taaaan, taaaan larga, que me dormiré, y cuando me despierte, todavía no habrá acabado. Y por fin podré ver el final.

Y supongo que eso debe de ser, en el fondo, un poco como ver a Dios.

Edición especial para insomnes. Cuatro DVDs y más de 10 horas de extras y entrevistas con el director.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Blade Runner dura lo mismo que la original de 1982. Y quien no vaya a ver esa maravilla al Kinépolis en VOS restaurada en formato digital ya puede abandonar este planeta.